La Religión como ciencia de "prueba y observación", enmarcada solo en las verdades absolutas. La filosofía como herramienta para resolver el asunto de "Ser". Sophia como aquello que resulta del "conocer", y la "duda inteligente" como crisol de la Fe. La Sincretoclastía como única regla.

Descreación psicológica.


Descreación Psicológica.

Dar explicaciones científicas al mundo espiritual es una de las tareas que nos atañe, cosa que no es para nada fácil, pero si queremos mantener concordancia con lo real, con la verdad, no puede ser de otra manera. La especulación ha sido el peor enemigo de las religiones en la historia humana, siendo artífice del retraso cultural y científico que padecemos, exigiendo fe ciega a los dogmas y postulados fantásticos que fascinan a nuestras mentes.

Ciertamente la física y la mecánica tienen básicamente dos ámbitos, siendo uno el concreto y el otro el abstracto. Lógicamente, hablando del todo, las naturalezas de lo que conforma al hombre y al universo evidentemente son más de una, cosa que ahora la parte cuántica de la física estudia y quiere dar respuestas, no sin antes encontrarse con leyes y comportamientos mecánicos diferentes a lo acostumbrado por la física tradicional.

No podemos ignorar a propósito que una parte del ser humano es netamente psicológica, de una naturaleza diferente como mínimo.

La negativa a unir ciencia y religión es incomprensible cuando nos damos cuenta que ambas buscan lo mismo. El empeño tradicional es excluyente, pero, el final de todo indica que terminan en el mismo punto: Tiempo y creación.

Es tan material el recuerdo como una herida, y es tan psicológico un músculo como el pensamiento, solo que en diferentes niveles de condensación.

Alguna vez hace mucho tiempo, los buscadores de la gnosis la llamaron Sofía, y a sí mismos Filósofos. Ellos buscaban entender la "república" al mejor estilo de Platón, comprendiendo que el todo abarca varias naturalezas, en diferentes niveles y con diferentes leyes y comportamientos. Ellos entendieron que el pensamiento tiene cierto grado de materialidad, y que a su vez la materia es sustentada por el pensamiento y no al revés. Comprendieron que existe lo que se es y lo que se tiene, y que ambas cosas están juntas conformando una persona pero no un solo ser. Utilizaron métodos para distinguir y diagnosticar, establecieron pautas para el discernimiento y por meta la misma Sofía, o gnosis. Y entre tanto, identificaron a un enemigo que no posee mayor inteligencia que un traje o un vestido, sino que somos nosotros mismos disfrazados de nuestros recuerdos y experiencias, pretendiendo sinceramente ser otro o alguien, por lo que establecieron un lenguaje para explicar dicho fenómeno y sus compuestos, y a estos enemigos hoy día se les conocen en la psicología como ego. Ellos - los filósofos - eran físicos en el verdadero sentido de la palabra, ya que atendían y observaban la relación entre los diferentes ámbitos de las naturalezas que conforman el todo, y todo ello en sí mismos.

Ellos son los que plantearon la transmutación de los elementos, para luego darse cuenta que el último acto épico es la transustanciación de las naturalezas, y como eran considerados por sus artes químicas como hechiceros, se ocultaron detrás de simbolismos adecuados para despistar al ignorante a la vez de servir de guía al buscador inquisitivo de la verdad.

Según los aquellos filósofos, nuestros recuerdos asemejan un material semi líquido parecido al mercurio, que aunque posee cierta translucidez, toma las formas de nuestros pensamientos y recuerdos, al tiempo que refleja engañosamente nuestros deseos, refleja el objeto de nuestra conscupiscencia. Plantearon también la idea que dicho material se seca en la medida que se coagula, matizando nuestra percepción con la experiencia que lo coaguló, lo que al tiempo, se convierte en formas grotescas, y tal cual como sucede en una cueva a media luz, engañan de forma fantasmal nuestra imaginación produciendo experiencias psicológicas.

Estas ideas han sido objeto de debate, al respecto de qué si en realidad es así tal cual como dicen, y de ser cierto, ¿qué se puede hacer para librarse de ello? De allí salieron a la luz de la razón una serie de postulados, métodos y prácticas, algunas teatrales y otras grotescas, basadas todas ellas en supuestos logros supra naturales de ciertos exponentes. Sin embargo, solo unos muy pocos coincidieron en un resultado muy particular: La piedra filosofal. Lograda mediante procesos alquímicos psicológicos y espirituales.

Sabemos que la piedra filosofal proporciona un poder increíblemente poderoso para disolver el mercurio coagulado o seco, sin embargo, no es un objeto concreto como tal. No es una piedra en sí. Es la sapiencia de lo que se "es" como verdad absoluta para discernimiento. Decían que posando la atención completa y absolutamente en ella, concentrándose profundamente, el espíritu se despoja de sus ropajes materiales para alcanzar el cielo. Nada más cierto.

Los detractores - aunque creen que la piedra filosofal es real - dicen que sirve para transformar los metales pesados en preciosos, cosa que al final, terminó convirtiéndose en una suerte de materialismo esotérico, que por último terminó envenenando a unos cuantos con vapores de plomo fundido.

De allí surgió la polémica de si el mercurio seco puede disolverse o diluirse, cosa ésta última que la mayoría aceptó argumentando lógica aplastante. En definitiva, eso que nos aqueja, que se trata de nuestros defectos almacenados en nuestra consciencia y que las escuelas psicológicas llaman "ego". Se dice que no se puede disolver o destruir, por aquello de que la materia no puede destruirse según una idea de física contemporánea. Dicen que solo puede transformarse, lo que generó en el mundo del esoterismo una serie de teorías, prácticas y métodos para lograrlo, y así, llegar a las más altas esferas por esfuerzo propio.

Si bien es cierto que esa materia puede transformarse, sublimarse y hasta elevarse de esfera en esfera, también es cierto que nunca dejará de ser mercurio filosofal, de manera que siempre es y será materia de alguna forma. El espíritu - por el contrario - es una sustancia distinta, de la misma naturaleza que su fuente. No es creado, sino emanado o engendrado. Se considera material todo aquello que se encuentra en los mundos de las formas. Aquella filosofía intentaba conllevar a quienes se le consagraban monásticamente a remontar la verdad, y hacerse una con ella, abandonando las prácticas de coagulación del mercurio basadas en el deseo e impuro frotamiento.

Al leerse las primeras palabras del Génesis , encontramos: 

בְּרֵאשִׁ֖ית בָּרָ֣א אֱלֹהִ֑ים אֵ֥ת הַשָּׁמַ֖יִם וְאֵ֥ת הָאָֽרֶץ

Be-re´shiyth bara Elohiym eth shamayim eth ehrets.

En el principio creó Dios lo elevado y lo material.

¿Por qué traducirlo así cuando la traducción oficial es "los cielos y la tierra"? y es que la razón es más sencilla de lo que parece. Originalmente, el significado de shamayim es la idea de "un sitio o región que está por encima de todo". Ehrets por su parte, es la idea contrapuesta de "algo sólido y tangible". Entonces tenemos dos naturalezas diferentes, la de "lo elevado" es lo espiritual, las regiones de los misterios de la luz, y la de "lo material" que es la región de la materia, de la existencia, el "afuera" de lo real. 

La demostración de la existencia de Dios es nuestro propio ser, puesto que se convierte en una verdad absoluta la inmanencia una vez que se percibe uno a sí  mismo fuera de la existencia. Entonces, Dios es el principio de todo, y de donde todo emana. El Ser es el que todo lo sostiene y sin él nada existiría, pues tanto la creación como la descreación son sus potestades, y es cosa evidente ya que él, o mejor dijéramos nosotros, somos los responsables de nuestra propia historia, creando eventos y memorias que sobrepasan una sola vida.

En términos de Pistis Sophia, la zona que "existe", es decir, la que en comparación con lo espiritual es lo material, es el 13avo aeón, siendo lo que está del otro lado del velo el absoluto. El 13avo aeón no es el Absoluto aunque se le suele confundir. Imposible sería que la existencia pudiese ser en el No-Ser. Lo importante es entender que la capacidad de crear es del espíritu, lo que realmente somos, cosa que sabían los filósofos verdaderos, y por consiguiente, el espíritu también tiene la capacidad de des crear, lo que significaría que dejaría de existir.

Para entender la "descreación" es necesario entender la creación. Lo espiritual puede coagular, y formar materia mediante las potencias de la voluntad, mente e imaginación, y debido a dichas potencias, la materia se mantiene y existe. La capacidad de existir, o mejor dijéramos, el poder de "estar" lo tiene el espíritu sobre la materia, y su manifestación inicial o primigenia es el mundo átmico.

Átman es Varona, de naturaleza material y sensual, y que lleva en sí una costilla de Adam, y éste a su vez es Varón - el espíritu - inmerso en la existencia. Átman es nuestro avatar en la creación. Tomando materia y acumulándola con más materia, creamos este mundo de ilusiones en el que vivimos, y he aquí que hemos creado mundos, hombres y bestias. Todo lo que existe es material.

Ahora hablemos - antes de continuar - de la transustanciación propuesta por los filósofos. Como es sabido, casi todas las religiones ofrecen la "salvación", más sin embargo, casi ninguna aclara qué se va a salvar, aunque varían mucho sobre del "de qué" se van a salvar, y lo que si no dices es "por qué" hay que salvarse, pues lo dejan implícito. Esto trae como consecuencia que el fin último de toda religión es salvarse. El verdadero punto es ¿de qué se trata la salvación? Por lo que cada forma de pensamiento tiene sus propios argumentos.

Nosotros nos sabemos seres espirituales, aunque poseemos aparte de ello otra naturaleza, que nos hala hacia la existencia, que a su vez posee innumerables experiencias en el mundo, por consiguiente, ahora la pregunta a qué se salva o quién se salva, nosotros afirmamos que se trata de esa naturaleza conocida como alma, que está conformada por todo lo que hemos acumulado en la materia. Ambas naturalezas, la espiritual y la material, no han podido ser separadas, sino por el contrario, permanecen justas como un matrimonio indisoluble pero con intenciones y atenciones diferentes.

Según la historia, Jesús fue el primero en salvar su alma, no sin antes transustanciarla, lo que luego mediante el espíritu santo envió como enseñanza encarnada para que tal misterio pudiera ejecutarse de nuevo en todo aquel que construya sobre la roca. Esa roca, es la que a la postre, sería llamada piedra filosofal, la cual no es más que la gnosis del propio espíritu, es decir, el conocerse espiritualmente.

La transustanciación es lo que permite la salvación del alma, pero solo la descreación o disolución de los mercurios secos conlleva a la liberación psicológica, el perdón de los pecados, la encarnación de los misterios de ejecución y de los misterios de gracia. El apocalipsis particular.

Sabemos que es muy difícil imaginarse la descreación, pero todo lo creado es coagulación o condensación, y la descreación es la única manera de eliminar de nuestra psiquis lo que altera nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos, haciéndola subjetiva y mecánica. Asociativa.

Si pudiésemos ver lo que sucede cuando fallecemos y volvemos a nacer, el cómo se manifiesta de nuevo la personalidad, que no es más que el resultado en el cuerpo físico de nuestras reacciones a las circunstancias que se nos presentan relacionadas con las experiencias vividas en tiempos diferentes, recayendo de nuevo en los mismos hábitos, las mismas conclusiones, desembocando en los mismos errores, nos daríamos cuenta que lo único que verdaderamente podemos querer en lo espiritual es la liberación psicológica. Con terror verificaríamos cual es el primer defecto en manifestarse, y cual desgracia regirá nuestras vidas desde ese momento en adelante. 

Transformación es un asunto temporal, pero no es definitivo, sin embargo,  propugnamos que si es posible, y las pruebas las obtiene cualquiera que efectúe el misterio de refrenar el impulso a existir en una escena determinada en la que solo queremos estar para ser.

Jesús hablaba de los misterios del agua, del fuego y del espíritu, y no creo que haga falta citarlo. 

Los misterios del agua enseñan a transformar moviendo la atención; quitándola del asunto coagulado.

Los misterios del fuego enseñan la transmutación, resistiendo sin identificación y refrenando el impulso de la concupiscencia.

El tercer grupo de misterios - luz -, enseñan la descreación plano por plano, nivel de consciencia por nivel de consciencia.

La clave de la descreación es sencilla: Al momento de estar existiendo en alguna escena, en ese momento de ser el actor principal de cualquiera que sea la tragicomedia psicológica de la vida, percibir al SER, al espíritu propio, a sí mismo, y luchar por no ser atraído de nuevo a la escena, y en ese instante, el asunto se descrea en nosotros.

Todo lo que tiene inicio tiene fin, pero un alma inmortal es un alma transustanciada, es la Jerusalén ataviada de novia, es la serpiente tragada por el águila.

Si bien es cierto que la descreación solo sucede en la materia que podemos vencer y distinguir como hipnótica, también es cierto que la siguiente vez que el asunto se presente en la vida diaria no caeremos tan profundamente en la escena, guardando algo de consciencia que permitirá reconocer o bien otros aspectos de la misma o detalles más profundos ignorados hasta el momento.

Esta es una labor de todos los días durante el resto de la vida.

Es urgente tener discernimiento entre lo material y lo espiritual.

"En verdad os digo: Nada traje al mundo cuando vine a excepción de este fuego, esta agua, este vino y esta sangre. He traído el agua y el fuego de la región de la Luz de las Luces del Tesoro de la Luz; y he traído el vino y la sangre de la región de Barbelo. Y después mi Padre me envió el espíritu santo en la forma de una paloma. Y el fuego, el agua y el vino son para la purificación de todos los pecados del mundo. La sangre, por otra parte, es un símbolo puesto en mí a causa del cuerpo humano que recibí en la región de Barbelo, la gran fuerza del Dios invisible. El soplo, por otro lado, avanza hacia todas las almas y las conduce hacia la región de la Luz. Por este motivo os he dicho: He venido a derramar fuego sobre la tierra, - es decir: He venido a purificar los pecados de todo el mundo con fuego -. Y por esta razón dije a la mujer Samaritana: Si conocieses el don de Dios y quien es el que os dice dadme de beber, tú pedirías de él, y él os daría agua viva que sería en ti una fuente inagotable para la vida eterna. Y por esta causa tomé una copa de vino, la bendije y os la di, diciendo: Esta es la sangre del pacto que será vertida por vosotros para el perdón de vuestros pecados. Y por esta razón han clavado la lanza en mi costado, emanando agua y sangre. Y estos son los misterios de la Luz que perdonan los pecados, es decir, estas son las nominaciones y los nombres de la Luz.", dice Jesús en el Pistis Sophia.

Fuego, agua y vino son los misterios de ejecución, son en sí la ejecución de la obra del que se enseñorea en nosotros, del que de ese momento en más controla y maneja el karma particular. Purificación y perdón son dos etapas, pues podemos haber vencido un ego y sin embargo aún mantener el deseo concupiscente de caer en él de nuevo. 

"Barbelo" es una derivación transliterada de "Partenon", del hebreo "Barbhe Eloha" o "Barbeloth": Primera emanación de Dios, aeón femenino donde todo se gesta, Madre Celeste, y del griego Παρτενοσ "Partenos": Virgen, Dios emanado a sí mismo.

Puede que el Espíritu Santo genere fenómenos en nosotros, pero esos fenómenos, tales como: luz, calor, sonidos, etc., no son el Espíritu Santo, sino sus efectos en la materia, nuestra materia. Ese fuego abrazador recorre todos nuestros más lúgubres y oscuros recovecos psicológicos, llevando consciencia y atención espiritual a lo que encuentre, cambiando el estado del mercurio seco, transmutándolo y por último en la ejecución del 3er misterio, descreándolo.

Por otro lado, en un maravilloso ritual encontramos la palabra "Seidad", la cual refiere al Padre o Espíritu primordial e impersonal, de donde todo ha emanado, de quien todos hemos sido engendrados, y cuya semántica es equivalente al término inglés "Be-Ness", es decir, "Sin Ser". "Deidad" quiere decir "persona divina" o "personalidad". Dios no tiene personalidad

Jesús, enseñó mediante una parábola qué acontece con el ego, en Mateo 13, del 24 al 30: "Les relató otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante al hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando la hierba salió y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Y vinieron los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Y él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Mas él dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y en el tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas recoged el trigo en mi granero."

Luego la explicación en Mateo 13, del 37 al 43: "Respondiendo Él les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Así como la cizaña es recogida y quemada en el fuego; así será en el fin de este mundo. El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todo lo que hace tropezar, y a los que hacen iniquidad; Y los lanzarán al horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga."

El fin del mundo, apocalipsis o descreación es algo que puede y debe acontecer constantemente durante nuestras vidas. Es algo verdaderamente complicado, terrible y aparte de doloroso muy agotador el estar en lucha y pugna contra algo que solo ocurre dentro de nuestras cabezas, mas así es el trabajo psicológico. No somos hombres de verdad sino sombras hasta recibir el primer bautizo, que define en nosotros el haber encontrado la palabra perdida, haber desvanecido el fantasma del tiempo y que nuestro Sol se haya levantado. En el caso de Pistis Sophia, los agregados psicológicos y las potencias de los regidores son desenlazadas del espíritu al que oprimían, y ella liberada del tormento de las fuerzas que la obligaban a generar más materia.

La clave puede traducirse de otra manera: Extraer la verdad de la tierra y encontrarse con la gracia que ha sido enviada a nosotros para el perdón de los pecados. Dice María la Madre en Pistis Sophia: “La Gracia es el espíritu que llegó a ti - a Jesús - desde la altura a través del Primer Misterio, pues tuvo piedad de la raza humana y envió su espíritu para que él pudiese perdonar los pecados de todos los hombres y éstos recibiesen los misterios y heredasen el Reino de la Luz. La Verdad por su parte, es el poder que ha morado en mí - en María la Madre -.”

Todo lo referente en Pistis Sophia a la Gracia y la Verdad, la Virtud y la Paz es la misma maravillosa clave de la liberación psicológica. La virtud es no ceder, es no caer en la concupiscencia, por otro lado la Paz es el premio de Dios, ya que es la cesación de todo cuanto está activo.

"La Paz es el premio de la muerte."


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