La Religión como ciencia de "prueba y observación", enmarcada solo en las verdades absolutas. La filosofía como herramienta para resolver el asunto de "Ser". Sophia como aquello que resulta del "conocer", y la "duda inteligente" como crisol de la Fe. La Sincretoclastía como única regla.

  • ¿Sabes qué eres?

    Hay muchos tipos de verdades, pero no son absolutas si poseen alguna otra interpretación. Las “verdades absolutas” serán las mismas en todo, y de ningún modo cambian en su interpretación. "Ser" algo, la "inmanencia", No ser "lo que se tiene", Ser "el que tiene", etc. Son verdades absolutas

  • Auto conócete psicológica y espiritualmente.

    No es cierto que la condición normal del ser humano es ser ateo. La verdad es que el ser humano tiende a distinguirse de lo que le rodea, luego de lo que cree que es, y por último de donde cree que proviene.

  • ¿Seguro que sabes quienes estaban a la derecha e izquierda de Jesús en la última cena?

    Quién era ese discípulo que tanto amaba Jesús al que menciona en Juan 13:23 y dónde estaba sentad@. Dónde el otro, que tan cerca estaba como para compartir el pan de su mano. Juan 13:26 “Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote, el hijo de Simón.”

  • Puede que percibas la fuente, pero eso no quiere decir que en verdad le veas.

    Quienes han estado ante el velo, saben por experiencia – muy frustrante por cierto – que no se puede saber qué o quienes están detrás de el. Aunque se sabe lo que quieren decir, no se les escucha directamente. Les oímos y percibimos en nosotros mismos. No a lo que hay oculto. Solo por el misterio de lo espiritual se percibe lo espiritual, pero aun así, no se ve.

  • Quizás no te lo hayan contado como es.

    Aunque la palabra “αβεραμενθω” (aberamento) solo existe como tal en Copto – es el único idioma en que se ha utilizado – se ha especulado mucho sobre su significado. Es más revelador de lo que imaginas.

Amada atemporal.



Te vi la primera vez, como si de viejo hubiera muerto tomado de tu mano.
Te abracé, como si te amara de toda la vida.
Solo reconocí en ti lo que ya habría de vivir.
Solo respiré el perfume del haberte encontrado.
No hubo un principio sino una continuidad de algo que aún no había pasado.
Solo reviví los mejores momento que deparaban el futuro a tu lado.
Extraña paradoja, la de conocerte al tiempo que te extrañaba, mientras en mi esperanza se esbozaba tu rostro anhelado.
Quizás, en el momento que aún no se presenta, recordé cuando te conocí, cosa que reforjó el pasado, para que aquel presente sucediera.
Quizás, alguien dijera, que es trampa escribir entre las palabras de un libro, con la intención de realinear la historia, pero la verdad es que ese misterio es lo que siempre debió ocurrir.
En el acordeón abierto del tiempo, una página altera a las que le preceden y a las postreras, reescribiendo un todo para la verdadera historia.
El círculo no es vertical sino horizontal, y comienza donde termina. Así es la historia del futuro, lo contado de lo que se avecina.
Esto es lo que define acierto y error: Si te equivocas, tribulado en el error, giras el destino causando otro amor. Si aciertas, al reconocer lo que no has vivido, continúa el por contar de lo debido.

A mi Tamara.





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