La Religión como ciencia de "prueba y observación", enmarcada solo en las verdades absolutas. La filosofía como herramienta para resolver el asunto de "Ser". Sophia como aquello que resulta del "conocer", y la "duda inteligente" como crisol de la Fe. La Sincretoclastía como única regla.

¿Qué es Agiosofismo?


¿Qué es Agiosofismo?

Significa literalmente "conocimiento incorrupto", y se trata de lo que se obtiene al experimentar la percepción de la fuente de "Ser", sin corromperla con ideas adoptadas. Es lo que queda al desprendernos de lo que "tenemos" en discernimiento de lo que "somos".

Las palabras castellanizadas "Agios" y "Sofía" seguidas del sufijo "ismo" - Agiosofismo - son equivalentes a "santo": "lo que no se corrompe"; "sofía": el premio de los que encuentran la verdad; "ismo": para denotar que se trata de una escuela, una doctrina, una corriente de pensamiento.

Consiste en la búsqueda y consecución de las verdades absolutas, y a partir de ellas, liberarnos de lo que engaña a nuestra percepción.

Ciertamente, no se trata de la síntesis ni del sincretismo de ideas. No se intenta explicar las múltiples doctrinas del pensamiento humano, sino que por el contrario, se busca la fuente absoluta de dónde provenimos como seres autoconscientes, y en plena percepción de ello, corregir en la fidelidad a la verdad de la transustanciación nuestra maltrecha naturaleza.

Cada quién tiene su nivel de percepción, por lo que se trata de algo muy individual y personal, no existiendo un canon a seguir, más que la propia verdad.

Un "Agiosofista" es aquel que de plano acepta y entiende que cada persona tiene su forma de pensar, y demuestra respetarla buscando entender el por qué esa persona cree en lo que cree - aun cuando descubra que la tal persona no cree realmente en lo que predica - , aceptando sin criticar, y entendiendo que lo común y corriente es adoptar ideas y creencias generales sin profundizar, por lo que también respeta la urgencia interior de cada quién de llegar tan profundo como lo necesite.

Las únicas enseñanzas - sin ánimos de catequización - son las experiencias compartidas por aquellos que la practican, las que obviamente no deberían ser asumidas ni adoptadas a la ligera, buscando más bien comprobarlas, si esa es su necesidad espiritual.

No hay seguidores, puesto que lo único que enseña es la percepción de la verdad, y no hay maestros, porque nadie puede decir que está libre.

Se suelen utilizar los legados de aquellos que obtuvieron la verdad - la piedra de sofía, la percepción espiritual - y lo compartieron con las generaciones de alguna manera.

No se trata de negación de doctrinas o conclusiones preestablecidas, sino de no pregonar como propio lo que no se ha verificado por experiencia propia. 

Sabemos y estamos conscientes de no tener las respuestas de todo, y la verdad es que, de casi nada, por lo que buscamos "saber", y lo que no sabemos, lo que nos han contado o hemos leído, eso intentaremos comprobarlo, pero sin negarlo. 

Para nosotros, es mejor tener poco de lo propio antes que mucho de lo ajeno.

Entendemos y aceptamos que "religión" es la búsqueda de la verdad, por lo que cualquier doctrina que no resulte de ello no califica como religiosa. Es sencillamente ignorada. 

No asumimos ni adoptamos sentencias y doctrinas por sincretismo, sino que por el contrario, somos sincretoclastas en el sentido de no adoptar como nuestro lo que no es nuestro.

Es natural - como personas que somos - que busquemos similitudes con la manera de pensar de otras personas, mas sin embargo, estamos obligados a determinar diferencias - si es que las hay - sin usarlas para desacreditar, debido a que no es nuestro objetivo de vida señalar y exponer. Sencillamente no caemos en eso.

Decimos lo que entendemos de algo sin decirle a otros que "no es así" como ellos dicen, ya que sabemos que cada quien tiene una perspectiva propia, la cual lo acerca o lo aleja del punto absoluto de lo que es.

Para finalizar, cada agiosofista tiene su estilo y forma de expresarse, utilizando sus propios conceptos y simbolismos.

Siempre los han habido y nunca dejarán de haberlos.

Un agiosofista no es más que "uno más del montón", solo que con la urgencia espiritual que lo conlleva a buscar por sí mismo la verdad.

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